jueves, 4 de marzo de 2010

03:34 A.M, HORA EN QUE NOS DIMOS CUENTA QUE LA VIDA ES PRIMERO

Que duda cabe, las personas no lamentan las pérdidas materiales, ni estar mojados o al observar los restos de lo que fue su casa o su departamento de 40 millones – el sueño de la clase aspiracional-. Saben manejar el hecho de no haber comido por días y también la falta de agua, aunque la necesitan ya!.

Quienes vivimos el sismo, algunos lejos, cerca y otros en el epicentro, sentimos que en un momento “la suerte estaba echada”, otros continuaron corriendo por sus vidas...el agua se acercaba, era el tsunami. Algunos a kilómetros de ese escenario intentábamos llamar por teléfono, pero los aparatos tecnológicos no funcionaron, los televisores se fueron al suelo y con ellos la luz, el agua y toda posible forma básica para vivir.

Sin embargo, sin embargo, sin embargo, nuestros coterráneos - las personas-, decían y dicen una y otra vez: “las cosas materiales se recuperan, pero quien me devuelve a mi hermano, a mi nieto Puntito, a mi madre, a mi colega de trabajo”, relatos que nos dicen que no hay algo más importante que la vida y su conservación. La pérdida abrupta de ella, o sentirnos frágiles ante la imponente voz de la naturaleza, nos recuerda que “no tenemos nada controlado”, aunque nos jactemos de ello…

Después de las 3.40, del 27 de febrero del año 2010, nosotros... los de entonces, ya no somos los mismos, los que estuvimos en la queja hoy nos avergonzamos, los que hicimos del festival de viña el centro de nuestra conversaciones agachamos la vista, los que pensamos que éramos inmortales dentro de Latinoamérica pedimos disculpas, porque no hay valor mayor, sentido y emoción que luchar por la vida, ella ciertamente es PRIMERO.

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