miércoles, 20 de abril de 2011

De qué sirve vivir lleno de seguridades


Desde hace algunos meses estoy enfocada en lo que significa el cambio y las nuevas cosas, en el sentido y sensación del desapegarse a lo que amas por algo que sientes que amarás, es un tránsito polar muy extraño. 


Ciertamente frente a una decisión pasan tantas cosas por la cabeza, desde la muerte  hasta el significado del dolor que sientes al privarte de compartir los espacios con los seres que transformaron  la nada en eso brillante llamado recuerdo.


Hay tantos y tantas que van construyendo nuestras vidas, esto no lo hacemos solos...y cuesta saber que a veces lo único que tendremos es la imagen mental de una persona, de una comida bien entregada, de un abrazo que aquieta...


Qué sucede cuando ya no tenemos aquello, ni nada conocido al alcance para vivir...qué sucede cuándo las seguridades desaparecen, qué sucederá cuando llegue la noche y desconozca sus sonidos...solo quedará la luna, elemento común que podemos ver desde diversos puntos del planeta...


A pesar de toda esa incertidumbre...de ese  mundo "sin imágenes", yo persigo con ansias estar donde no exista nadie para esperarme...porque cuando uno ve con claridad su mundo interior y descubre la existencia de lugares donde aún la luz no llega y no llegará jamás, decides buscar una alternativa que te permita ser un humano mejor...mejor con el desconocido y con quien amas...


Si bien uno se puede quedar en el país de las seguridades, de las certezas del día a día y levantarse a la hora de siempre, comer lo de siempre y luchar por lo de siempre, la pregunta es: y después qué?...De seguro hay un motivo mayor,  un plan que está esperando por ti...hay tanto por hacer...tanto...


¿Cuál es tu talento?...hazte la pegunta...luego, para qué "me sirve"...nada es gratuito...
Es hora de buscarle el sentido y la razón a la vida, frágil y completa a la vez. Quien diga que no tiene un talento le debo decir que ya está muerto y lo que es peor, no se ha dado cuenta.


Mientras, seguiremos despastando el camino como un oriental paciente...nadie nos apura, cierto!
Abril 2011

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