martes, 26 de abril de 2011

El viaje mítico

Una imagen del Cañon del Colca-Perú, realizada por José Urrea.

Cuando todo empieza a funcionar. Cuando justo hubo un asiento para ti. Cuando pediste sol y te entregaron primaveras a borbotones. Cuando miraste y ya te miraban. Cuando ibas corriendo enloquecido y algo te reveló que correr no era necesario. Cuando pensaste en los amantes que dejarías. Cuando te armaste de valor y decidiste tomar tu propio rumbo, entonces, el momento de partir ha llegado.

Si hacemos una pausa, de esas esenciales, descubriremos que tenemos la posibilidad de decidir dónde estar y cómo estar. Muchas veces nos pasamos los días hablando de la honestidad o de la infidelidad, sin preguntarnos cuán fieles somos con nosotros mismos.

Nos pasamos la vida enfocados en la paja del ojo ajeno sin reparar en cuánto estamos trabajando por lo que deseamos. Y no me refiero al gesto mítico del que se desapega de las cosas como si fuera un iluminado, sino de ese “ser” que toma sus sueños con disciplina, estrategia y planificación. Toda persona que realmente desea materializar sus sueños, no solo lleva luciérnagas en sus bolsillos sino también una inagotable cuota de voluntad.

Como dirían por allí, esta ruta no es para débiles ni para seres extraordinarios, por el contrario, es solo para las personas que se atrevieron a tomar su propio rumbo, aunque fueran solos en esta maratón.

Comprendo que la incertidumbre nos hace perder el control de la forma que imaginemos, pero confiar en nuestra brújula, en nuestro pulso interior, en lo que nos mueve como seres humanos, es la puerta de salida al mundo que deseamos habitar.

Cuando decides seguir tu intuición, aún sintiendo miedo, y das el paso con brutal arrojo, entonces has logrado reconfigurar el mundo a tu favor.

Desde ese instante el destino comienza a desvanecerse. Desde aquel momento el grado de fidelidad comienza a crecer en ti. El frío, la tormenta, el sin sentido de tus días ha terminado.

De seguro la “insatisfacción” muy triste tomará sus maletas para visitar a otros. Mientras tú liviano y libre comenzarás a sonreír de manera amplia y contagiosa. Como si fuera un efecto viral, muchos querrán sentir lo mismo y porqué no! si este sentir es para todos…¿quieres sentirlo? quieres pensar que tus 70 años no son una imposibilidad, que tu cansancio pasará y que nuevamente podrás tener grandes razones para vivir, entonces dale, vamos!...qué te detiene…sal de tu jaula mental y has florecer ese ser humano palpitante que vive en ti…en algún lugar del mundo de seguro te lo agradecerán. 

2 comentarios:

  1. ME GUSTÓ MUCHO TU PUBLICACIÓN, BONITA
    ME PARECIÓ ESTIMULANTE Y LÚCIDO.. PARECE Q' SABES MUY BIEN LO Q' DICES

    BESOS
    :x

    ResponderEliminar
  2. francisca!..hermoso viaje has decidido emprender, un abrazo para el camino que florece a tu paso.

    loreto

    ResponderEliminar